sábado, 22 de septiembre de 2007

ATENCIÒN AL REZAGO EDUCATIVO

ATENCIÓN AL REZAGO EDUCATIVO: UNA SITUACIÓN EN LA EMERGENCIA



Por:
Hugo Maldonado Cárdenas


INTRODUCCIÓN

El proyecto educativo en educación básica y el patrón de acumulación imperante, en sintonía con el modelo capitalista de la Globalización, se están conjugando para arrojar a los escenarios de la vida cotidiana, gran cantidad de sujetos pertenecientes a las nuevas generaciones, castrados intelectualmente y sin posibilidades de que puedan incidir en un cambio o reorientación de los procesos económicos, políticos y sociales en las próximas décadas.

Esta situación se puede comprender con mayor facilidad si analizamos y reflexionamos el enfoque pedagógico del modelo educativo actual y el sentido social con el que trabaja el docente, así como las políticas y/o dinámicas administrativas instaladas en el sistema educativo.

La asunción de la problemática educativa desde una posición didactista y pedagogista, se ha venido concretando desde hace más de tres décadas y el modelo educativo actual está plagado de estrategias que atienden este sentido de problematizar la realidad educativa. Sin embargo, las dinámicas instituidas y las prácticas docentes dominantes en las escuelas, cada día se rutinizan más, a tal grado que los procesos de actualización de los maestros en servicio contribuyen, de manera firme y sostenida, a la desprofesionalización docente y consecuentemente, a la configuración de una docencia identificada más con un técnico de la educación que con un profesional de la educación.

La docencia apuntalada por la didáctica y la pedagogía, pero vertebrada por el compromiso social con los grupos subalternos, puede ser un puntal en la búsqueda de alternativas desde una posición emergente, como lo demuestra Martínez Ortiz en su documento recepcional, siempre y cuando intentemos rescatar esa docencia caracterizada por el profesionalismo y la responsabilidad y no caigamos en el mero cumplimiento de un empleado asalariado de la educación al servicio del Estado.
Esta alternativa que formula Martínez Ortiz, involucra a los agentes directos del proceso educativo, como lo son los alumnos y padres de familia, pero no trata solo de tomarlos en cuenta, sino de incorporarlos, de manera consciente, en el análisis, la reflexión, planificación, y concreción de los procesos en los que se ven involucrados. Y esto es lo que hace diferente a la alternativa y consecuentemente su impacto a futuro, en las nuevas generaciones que estamos atendiendo en educación básica.


I ¿MECANISMOS ADMINISTRATIVOS PARA PROPICIAR LA DESESCOLARIZACIÓN?

El rezago educativo en un grupo de primaria como resultado de la atención al mismo por maestros interinos con períodos cortos, a tal grado de tener hasta 5 maestros interinos en una ciclo escolar, tiene una importancia extraordinaria en virtud de que ésta influye o determina la actitud del docente hacia las actividades que organiza y planifica para los alumnos. En las escuelas esto a veces pasa desapercibido, sin embargo, la misma situación laboral influye para tener determinada actitud profesional.

Analicemos esta situación. En algunos subsistemas de educación básica, la normatividad ha instalado en las instancias oficiales la práctica del reconocimiento y pago de maestros interinos hasta por 15 días o más. El maestro interino puede ser un maestro titulado o practicante, con plaza o sin plaza, lo que le da la posibilidad de tener experiencia o no tenerla. Desde otra perspectiva, el interino puede caracterizarse por su actitud responsable, de compromiso y honestidad, lo que redundará en un trabajo equiparable al trabajo del maestro de educación básica de escuela pública en general. También puede caracterizarse por asumir una actitud irresponsable, sin compromiso y que no le importa cobrar su quincena aunque su trabajo deje mucho que desear. Cuando a algún grupo de alumnos les toca ser atendidos por este último tipo de maestros interinos, los resultados que se presentan al término del ciclo escolar dejan mucho que desear, es decir, se presenta un marcado rezago educativo, lo cual es detectado por el resto del personal de la escuela y consecuentemente se asume una actitud de rechazo a dicho grupo de alumnos manifestado en no querer atenderlos al inicio de un ciclo escolar.

El rezago educativo puede manifestarse de diferentes formas. Como ausencia de conocimientos necesarios para aprender otros; como estilos de trabajo del grupo escolar carentes de disciplina y organización y consecuentemente insuficiencia en el logro de objetivos educativos; insuficiencia en el desarrollo de habilidades básicas para seguir aprendiendo como lecto-escritura, operaciones matemáticas fundamentales y selección y uso de información.

Veamos con mayor detalle la ausencia de conocimientos necesarios para aprender otros. En el modelo educativo actual, se le da una alta prioridad a la apropiación de contenidos básicos para seguir aprendiendo permanentemente y con independencia. Pero además, el enfoque que se explicita en el Plan y Programas de estudio, describe al alumno como sujeto activo y participativo en la apropiación de los conocimientos, es decir, como el responsable de construir sus propios conocimientos a partir de sus conocimientos previos, de la ayuda pedagógica del docente y del intercambio de experiencias y reflexiones con sus propios compañeros. Congruente con lo anterior, los programas de asignatura, presentan a los contenidos con una estructura secuencial en términos horizontales y verticales, es decir, un contenido es antecedente de otro y consecuente de uno anterior; pero también un mismo contenido se ve con diferentes niveles de profundidad o complejidad. “Cuando el alumno se enfrenta a un nuevo contenido a aprender, lo hace siempre armado con una serie de conceptos, concepciones, representaciones y conocimientos, adquiridos en el transcurso de sus experiencias previas, que utiliza como instrumento de lectura e interpretación y que determinan en buena parte qué informaciones seleccionará, cómo las organizará y qué tipos de relaciones establecerá entre ellas.” [1] Es decir, los alumnos ponen en juego los capitales culturales que poseen para obtener más conocimientos y dependiendo de los que pongan en juego, será su ganancia y nadie puede poner en juego mayor capital cultural del que posee.

En lo que respecta a los estilos de trabajo, disciplina y organización para el logro de objetivos, los alumnos llegan a la escuela primaria con estilos de estudiante de preescolar, si es que lo cursaron, o simplemente llegan con insuficiencias en el desarrollo de habilidades de coordinación motriz fina y gruesa. En la escuela primaria, necesariamente deberá desarrollar otro estilo de estudiante y si la atención por parte del docente no es conciente de lo anterior, el alumno estará asumiendo un estilo de estudiante acorde a sus posibilidades e intereses y expectativas, es decir, si sus capacidades intelectuales están sumamente limitadas, y sus intereses están más jalonados a lo lúdico, pero además las expectativas con respecto a la escuela son bajas, entonces, su estilo de trabajo estará distorsionado y no orientado al logro de objetivos educativos.

En cuanto a la insuficiencia en el desarrollo de habilidades básicas para seguir aprendiendo permanentemente y con independencia, como lecto-escritura, operaciones matemáticas fundamentales y selección y uso de información, los docentes las identifican como la incomprensión de lo que se lee, la dificultad para redactar, la insuficiencia en el razonamiento lógico y matemático para resolver y plantear problemas, entre otras. La selección y uso de información es una habilidad clave para “aprender a aprender”. Porque no solo se trata de seleccionar y usar la información, sino de establecer relaciones entre el texto, el contexto y el inter-texto. Relaciones que implican cierta complejidad por el manejo de categorías especializadas propias de un campo de conocimiento. Porque como lo dice César Coll, “Cuanto más complejas y numerosas sean las relaciones establecidas entre el material de aprendizaje y los esquemas de conocimiento del alumno; cuanto más profunda sea su asimilación y su memorización comprensiva; en suma, cuanto mayor sea el grado de significatividad del aprendizaje realizado, tanto mayor será su impacto sobre la estructura cognoscitiva del alumno y, en consecuencia, tanto mayor será la probabilidad de que los significados construidos puedan ser utilizados en la realización de nuevos aprendizajes.” [2] Y el rezago educativo anula la posibilidad de que el alumno establezca numerosas y complejas relaciones entre el contenido de aprendizaje y sus esquemas de conocimiento para que pueda construir nuevos significados y a la vez utilizarlos en la realización de nuevos aprendizajes.
II EL REZAGO EDUCATIVO Y EL COMPROMISO SOCIAL

El reconocimiento de interinatos tan cortos puede verse solamente como una medida administrativa que beneficia al gremio magisterial en términos de prestaciones laborales, y quizá hasta como un beneficio económico por los ingresos extras al cubrir un interinato. Sin embargo, saliéndonos de esta lógica, y partiendo de que el actual modelo educativo tiende cada vez más a la desescolarización de las nuevas generaciones, quizá esta medida administrativa se convierta en una estrategia más para apuntalar dicha desescolarización en la escuela pública y sobre todo la que atiende a grupos socialmente marginados.

Tratando de encontrar argumentos para nuestro planteamiento, veamos el documento recepcional que recientemente presentó María de la Luz Martínez Ortiz (octubre del 2004) para obtener el título de licenciada en Educación en la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Torreón con el título: “¿Cómo mejorar el nivel de aprendizaje de los alumnos de cuarto grado con rezago educativo en una escuela urbana?”, el cual se presenta como un proyecto de intervención pedagógica consistente en “una adecuación curricular que permita vencer el bajo nivel de aprendizaje que presentan los alumnos por medio de la correlación de todas las asignaturas, apoyada en la lectura de comprensión”, [3] donde nos plantea una nueva forma de organizar y trabajar en la docencia.

Dicho proyecto fue concretado en la Escuela Primaria “Coahuila” T.M. en la ciudad de Torreón, Coah. Aunque esta escuela está ubicada en el primer cuadro de la ciudad, la población que atiende corresponde a las colonias de formación reciente como Nueva California, Las Dalias, Valle Dorado, Valle Oriente, Residencial del Norte, entre otras. Martínez Ortiz considera que “Estas son colonias de clase media baja” ... con una concepción de escuela distorsionada pues “el padre de familia considera a la escuela como el lugar donde deben cuidar y atender a sus hijos mientras ello trabajan”; [4] nos aclara también que “la mayoría de los alumnos que asisten a esta escuela presentan serios problemas de conducta y bajo nivel de aprendizaje...” [5] destacando el factor principal que se manifiesta en algunos grupos cuando nos señala: “Las relaciones dentro del colectivo son buenas, sin embargo, se ven afectadas en las juntas de consejo técnico, pues al establecer acuerdos nos encontramos con algunos compañeros que manifiestan inconformidad por una situación que afecta a ciertos grupos atendidos por interinos que sustituyen a un docente que se incorporó al personal desde hace cinco años y éste cuenta con incapacidad médica permanente, situación que perjudica el desarrollo de la enseñanza aprendizaje en los alumnos.

Cuando estos grupos son promovidos al siguiente grado causan desacuerdos entre el personal porque nadie quiere atenderlos conociendo el grado de dificultad que presentan éstos, puesto que no hay un proceso regular de enseñanza aprendizaje que permita una continuidad efectiva en los alumnos”. [6] Por lo anterior, sostiene Martínez Ortiz, “son pocos los docentes que se atreven a enfrentar el reto de trabajar con estos grupos, quienes lo hacen, desarrollan un trabajo de integración en la personalidad del niño, en los aspectos afectivos, cognitivos, pedagógicos y metodológicos; redoblando esfuerzos para lograr el nivel académico que se requiere en el grado que cursan.” [7] Ante esta realidad Martínez se propone concretar “una adecuación curricular que permita vencer el bajo nivel de aprendizaje que presentan los alumnos por medio de la correlación de todas las asignaturas, apoyada en la lectura de comprensión.” [8]

Martínez Ortiz nos describe, semana tras semana, las actividades que realizó en torno a los contenidos correspondientes de cada asignatura y con los que los va correlacionando, así como los materiales utilizados en situaciones de aprendizaje que va creando en condiciones muy semejantes a la realidad que conocen y viven los niños, con un ingrediente especial, cuestionando a los alumnos y aprovechando sus nociones o conocimientos previos para lograr nuevos aprendizajes de manera reflexiva vinculada a estrategias de lectura de comprensión que incrementaron los conocimientos que se iban construyendo con la participación individual, en equipo y en plenaria.[9]

La dinámica instrumentada por Martínez Ortiz se estructuró con una diversidad de acciones, lo que se constata cuando nos plantea: “Las actividades fueron muchas pues la relación de asignaturas permitió: trabajos manuales, ejercicios, crucigramas, sopa de letras, escenificaciones y todas las actividades que los textos van marcando, elaboraron álbumes, trabalenguas, adivinanzas, buscaron enunciados de diferentes clases, artículos de revistas y periódicos, subrayaron palabras de difícil significado (en las lecturas) de cada asignatura jugando al “esgrima”, éste consiste en decir la palabra que se busca y todos con el diccionario cerrado lo abren al mismo tiempo buscando la palabra y quien la encuentra grita “esgrima” e inmediatamente se pone de pie y lee el significado de la palabra, si duda al leer pierde y lee otro.” [10] Además, nos relata que en todas las sesiones ser desarrollaron actividades que propiciaron la participación de los alumnos, la colaboración a través del intercambio de información, de opiniones y de ideas, lo que propició el diálogo para la reflexión y la construcción del conocimiento, utilizando como método la investigación ordenada y sistematizada, lo que favoreció la reflexión de contenidos, utilizando como estrategia la integración de asignaturas. [11]

Con el despliegue de todas estas actividades, estrategias y metodologías trabajadas con los alumnos con rezago educativo, lo que en realidad se estaba concretando es una nueva forma de trabajar la docencia, es decir, una nueva forma de organizar y trabajar con alumnos en situación de rezago educativo a partir de adecuaciones curriculares pero vinculadas muy estrechamente a la correlación de asignaturas, lo que planta a Martínez Ortiz en una metodología didáctico-pedagógica caracterizada por: En un primer momento, un diagnóstico individual y grupal para saber de donde partir al tratar nuevos contenidos; en un segundo momento, establecer la correlación metodológica entre los contenidos de las diferentes asignaturas que se puedan correlacionar; pero dicha correlación debe de estar matizada por la comunicación dialógica en los términos que lo plantea Pablo Freire, tanto en la relación alumno-alumno, como en la relación docente-alumno, y este es el tercer momento, de una re-conceptualización tanto de alumnos como de docente, es decir, aquí está en juego el sentido social con el que se trabaja la educación y consecuentemente el perfil de individuo que se quiere formar, en virtud de que el papel que juega el alumno y el docente es distinto; un cuarto momento es lo metodológico, caracterizado por una construcción colectiva del conocimiento, es decir, se pone en juego la capacidad individual, pero también se apoya en el intercambio de opiniones y experiencias que cada sujeto ha tenido en su contexto; pero lo anterior no tendría el impacto deseado si no se es consciente de lo que está en juego, tanto para el alumno como para el docente, donde por convicción se asume un nuevo acuerdo pedagógico tanto por el alumno como por el docente y las reglas del juego se transforman en beneficio de ambos, pero fundamentalmente del proceso enseñanza aprendizaje.

Finalmente, la incorporación de recursos aceptados por los alumnos como las canciones, la poesía y la lectura, y la planificación consciente de las actividades a realizar partiendo de los intereses y necesidades de los alumnos.

III APORTACIÓN TEÓRICA Y/O METODOLÓGICA


Las posiciones teórico pedagógicas con respecto a los alumnos y padres de familia, responden al nivel de conocimientos sobre el desarrollo de los primeros y a una visión utilitarista-funcional de los segundos. Pero además, agreguemos la concepción política ideológica de grupos dominantes con la que se asume el papel que se le asigna a unos y otros en el proceso educativo. A los alumnos se les asigna un papel de receptores de conocimientos desde una concepción bancaria de la educación para justificar el acento en el control social de las nuevas generaciones. A los padres de familia se les ve como los que deben apoyar al proceso educativo, pero solamente en los términos que le señale el docente o la institución como tal. El planteamiento de Martínez Ortiz va más allá: Considerar a los alumnos y padres de familia como sujetos con capacidad para pensar por sí mismos y partícipes conscientes del proceso enseñanza aprendizaje para aportar sus opiniones en torno a como concretar las estrategias y actividades que permitan alcanzar los objetivos propuestos. Si alumnos y padres de familia interiorizaron el rezago educativo, es decir, lo asumieron como tal, se hacía necesario revertir dicha situación buscando la superación del rezago pero de manera consciente para que se interiorizara, ahora, la convicción de que se tiene la capacidad para construir los nuevos conocimientos interactuando con los demás y reflexionando a partir de los conocimientos previos con los que se cuenta en determinado momento y con ello elevar las expectativas respecto a la escuela y las posibilidades para trascender desde la educación.

Despertar en los alumnos la conciencia acerca de su participación en la solución de los problemas vinculados al rezago, es un mecanismo que favorece el establecimiento de una relación dialógica entre alumnos, padres de familia y docente y nos ubica inmediatamente en un sentido social de la educación de liberación, de rompimiento con las ataduras intelectuales que nos impiden comprender y transformar la realidad social en la que nos movemos. Esto lleva implícito el reconocimiento de los alumnos del derecho que tienen de modificar lo que consideren necesario, para junto con los padres de familia y el docente, construir una nueva forma de organizar y trabajar la docencia. Una docencia compartida entre alumnos y maestro y apoyada en todo momento por los padres de familia.

Estamos ante un nuevo enfoque de la planificación escolar. No se trata de que unilateralmente el docente elabore una planificación; se trata de que la planificación se elabore compartidamente entre docente y discentes, agentes fundamentales del proceso enseñanza-aprendizaje y tanto uno como otros aprenden mutuamente.

Los padres de familia consideran a la escuela como el lugar donde deben cuidar y atender a sus hijos mientras ellos trabajan, esto como resultado de una concepción distorsionada de lo que es la escuela y lo que representa para los grupos subalternos desde una visión bancaria y de grupos dominantes de la educación. El involucramiento en la planificación y la puesta en juego de los capitales culturales que cada uno poseía, hizo posible que el sentido de estudiante que se tenía y la dinámica aúlica que ahogaba la creatividad y la iniciativa de los alumnos se transformara en actividad consciente y generadora de nuevas ideas y aliciente para inyectar más fuerzas en beneficio propio y de los compañeros del grupo.

Si bien los capitales culturales con los que competían los alumnos con rezago eran insuficientes para adquirir nuevos conocimientos en la escuela, y las ideas distorsionadas respecto a la misma de los padres de familia acrecentaban las condiciones para que se reprodujera el rezago, al encontrar mecanismos para incrementar los primeros y transformar las segundas, se instala una nueva dinámica en el aula y se potencian capacidades y voluntades para enfrentar las adversidades propias de una dinámica resultante de actitudes y visiones en torno a la educación desde una posición dominante, tanto en términos pedagógicos como administrativos.

La correlación de asignaturas como estrategia metodológica para trabajar la docencia y como recurso para transformar los capitales culturales de alumnos y padres de familia, vinculada a un trabajo colaborativo y al establecimiento de relaciones entre iguales, es una de las aportaciones que Martínez Ortiz nos hace en este proyecto de innovación en intervención pedagógica, el cual trasciende el espacio aúlico para instalarse en otros escenarios como la biblioteca de la escuela, la familia y otros espacios de la escuela.

El alumno como sujeto consciente en la toma de decisiones en el proceso enseñanza aprendizaje, es una aportación importante que nos muestra la potencialidad que tienen los alumnos cuando se les toma en cuenta y se les estimula y reconoce su participación en los procesos de organización, planificación y puesta en práctica de las actividades y estrategias de aprendizaje.



CONCLUSIONES


Las dinámicas y formas institucionales establecidas en los centros de trabajo, son ineficientes para formar alumnos creativos, reflexivos, pero apuntalan la desescolarización de los grupos subalternos en las instituciones de educación pública de educación básica. Si se quiere esquivar y superar este sentido con el que se trabaja, deberá pensarse en un proyecto alternativo vinculado a los intereses de los grupos subalternos y en una posición de intelectual orgánico asumiendo el compromiso social y promoviendo la incorporación consciente de alumnos y padres de familia en los procesos de toma de decisiones y la planificación de las actividades del proceso enseñanza-aprendizaje.

El compromiso social en la docencia, es un mecanismo que opera como motor para reflexionar la práctica docente y transformarla. Pero en la docencia intervienen dos agentes para hacerla posible: docente y discentes. Por lo que si se quiere transformar, deberán involucrarse ambos en los procesos y acciones transformativas, de tal manera que se conjuguen intereses y esfuerzos en el mismo sentido.

Se instalan ideas distorsionadas en los padres de familia con respecto a la escuela por la misma indiferencia con la que asumimos nuestro trabajo como docentes en la relación escuela-comunidad y consecuentemente en el corto y mediano plazo, nos cobra la factura en términos de rezago educativo, aclarando que si bien no es el factor determinante, sí contribuye como parte del tejido social que se va construyendo para producir y reproducir este fenómeno social educativo en las escuelas urbanas de sostenimiento público.

El problema de los interinos y el rezago educativo en una escuela primaria, solo es un mecanismo, de los muchos que están instalados en las prácticas y dinámicas instituidas para apuntalar la desescolarización de los grupos subalternos y responde a un proyecto de sociedad y de perfil definido previamente diseñado e instalado para apuntalar el proyecto económico desde una perspectiva neoliberal atada a los mecanismos de la globalización implementados por las grandes potencias para su propio beneficio en su lucha por la dominancia de los principales mercados a nivel mundial.

La utilización de metodologías para atender el rezago educativo no están exentas de la carga ideológica y sentido social que cada docente le impregna a sus procesos, ya sea para liberar o para controlar socialmente a los grupos subalternos, lo que se comprueba al utilizar una metodología aparentemente técnica como lo es la adecuación curricular y la correlación de las asignaturas, asociadas a una intensa actividad lectora apoyada en los intereses de los alumnos y a partir de sus capitales culturales susceptibles de ponerse en juego de manera consciente por parte de los alumnos de un grupo de cuarto grado en situación de rezago educativo.


[1] COLL, César; Jesús Palacios y Álvaro Morchesi. (Comps.) Desarrollo Psicológico y Educación II. Madrid, Alianza Psicología.
[2] Op.cit. César Coll.
[3] María de la Luz Martínez. ¿Cómo mejorar el nivel de aprendizaje de los alumnos de cuarto grado con rezago educativo en una escuela urbana? Torreón, Coah. UPN. 2004 p 41 (Tesis de Licenciatura)
[4] Ibidem, p. 5
[5] Ibidem, p. 8
[6] Ibidem, p. 12
[7] Ibidem, p. 14
[8] Ibidem, p. 41
[9] Íbidem, pp. 62-96
[10] Ibidem, p. 101
[11] Ibidem, p. 102

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